Presentación del libro

Prosiguiendo a la difusión del Espiritismo religioso reiniciamos la publicación de estos “Comentarios Evangélicos”, obra sincera, sin pretensión pero con profundo significado iniciativo, del venerable autor y bienhechor espiritual Bezerra de Menezes – Precursor del Espiritismo religioso en nuestro país.

Esta obra se destina a los aprendices. Discípulos de Jesús y a los seguidores del Espiritismo en general.

Esta publicación será realizada en serie compuesta por cuatro opúsculos de los cuales este es el segundo y esperamos que alcance el fin deseado de ofrecer ayuda en el campo del esclarecimiento espiritual, a todos aquellos que quieren encaminarse con seguridad, por los arduos caminos pero gloriosos de la evangelización.

Cooperación Mediúmnica de Ayesha Spitzer en 1967, San Pablo, Diciembre de 1980.

Edgard Armond

martes, 18 de agosto de 2009

Preámbulo

La significación del Evangelio para el espiritismo no debe ser simplemente religiosa o mística, sinó iniciática:
El hombre encaminándose por los caminos de la vida espiritual, con el punto de partida en la reforma intima; eliminando hábitos, vicios, costumbres perniciosas; defectos morales, sentimientos y pensamientos incompatibles con esa realización espiritual; y tratando de adquirir las virtudes propias del hombre nuevo, transformado, que debe, con toda sinceridad, desear ser.

Y cuan profundo y extraordinario es el poder del evangelio para operar esa transformación!

Comprendiendo que ninguno de sus problemas íntimos y vitales se resuelve por el conocimiento simplemente teórico y místico del evangelio. Porque esos problemas no residen en el exterior sinó en su propio intimo, deducirá luego que el evangelio no pide un conocimiento intelectual, sino una vivencia individual. Viviendo el evangelio y atestiguándolo como es necesario, el hombre se espiritualiza, se engrandece, asciende hacia Dios.

El conocimiento simplemente teórico o místico no cambia al hombre sinó, muy por el contrario, aumenta sus débitos espirituales porque al que mucho le es dado, mucho le será pedido, y también porque la fé sin obras, es muerta; y como el hombre para vivir y ejemplificar el evangelio, antes que nada debe reformarse, se deduce que su primera obra, y su primer ejemplificación, deben ser en si mismo, transformándose en el hombre nuevo al que se refiere el evangelio.

Cada uno de nosotros debe espiritualizarse por sí mismo, por decisión propia, por esfuerzos propios, teniendo al evangelio como norma de acción, actuando y no solamente creyendo.

Todo aquel que quisiere, verdaderamente iniciarse en la vivencia evangélica, en el momento en que decide hacerlo, abre amplias puertas en el plano espiritual para la recepción de auxilio, asistencia e inspiración.

Los días atribulados que vivimos y los mas difíciles que están por venir, reciben del hombre una sensata reflexión, y la decisión, segura y definitiva, de evangelizarse para redimirse.

Edgard Armond .

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