Presentación del libro

Prosiguiendo a la difusión del Espiritismo religioso reiniciamos la publicación de estos “Comentarios Evangélicos”, obra sincera, sin pretensión pero con profundo significado iniciativo, del venerable autor y bienhechor espiritual Bezerra de Menezes – Precursor del Espiritismo religioso en nuestro país.

Esta obra se destina a los aprendices. Discípulos de Jesús y a los seguidores del Espiritismo en general.

Esta publicación será realizada en serie compuesta por cuatro opúsculos de los cuales este es el segundo y esperamos que alcance el fin deseado de ofrecer ayuda en el campo del esclarecimiento espiritual, a todos aquellos que quieren encaminarse con seguridad, por los arduos caminos pero gloriosos de la evangelización.

Cooperación Mediúmnica de Ayesha Spitzer en 1967, San Pablo, Diciembre de 1980.

Edgard Armond

viernes, 10 de febrero de 2012

EL CENTRO ESPIRITA



El conocimiento Espírita libera al hombre de supersticiones y prejuicios, pues es eminentemente racional y lo deja libre para pensar y actuar. Entre tanto esta libertad puede ser utilizada plenamente dependiendo de la hora y el lugar.

En el Centro Espírita, por ejemplo, algunos detalles deben ser tomados en consideración. Según aprendimos con los sabios mentores espirituales, hacia el Centro Espírita se vuelcan los Espíritus con acentuados desequilibrios y otros con el propósito de aprender. Otros son llevados por los protectores desencarnados para ser adoctrinados y permanecen ahí para proseguir en el tratamiento de reequilibrio espiritual o en aprendizaje.

Deteniéndose ahí, observan los procedimientos, la conversación, los pensamientos..... De esa forma, el Centro Espírita debe transformarse en un verdadero SANTUARIO DE RESPETO Y ORACIÓN. No se pueden, pues, permitir en su seno, fiestas, música de fondo no edificante, piezas teatrales, aplausos, conversaciones ligeras y no constructivas, discusiones violentas, homenajes humanos, consumo de bebidas, reuniones sin disciplina, rifas, subastas, comercio, juegos, competiciones, ataques a las religiones, en fin; todo aquello que no se concibe en un hospital, junto al lecho de dolor o en un santuario de oración.

Es necesario el más digno procedimiento en el Centro Espírita a fín de que JESÚS no tenga que volver a expulsarnos de él, como procedió con los mercaderes del templo.

domingo, 25 de septiembre de 2011

MODOS DE CREER (del libro Comentarios Evangélicos)


"Creéis en Dios, creed también en mi".
(Juan, 14:1).

El Maestro Jesús no solicitó que los discípulos creyesen tan solo en El, mas dijo: "Creed en mi", como un prolongamiento de la creencia que tenéis en Dios, pues Dios es el Señor y El su enviado; Dios, el creador de la vida, y Jesús, que vino a revelarla a vosotros en plenitud.

No desearía el maestro que solo a El mismo amásemos, y a sus mensajeros, reservándoles la parte mayor de nuestra fé, en un casi olvido del Creador, mas dijo solamente: creed en Dios, sin embargo, reservad para mí parte de vuestra fé.
Huyamos del excesivo apego y dependencia a los compañeros mas avanzados en el mismo camino que todos recorremos en la creación divina, pues para todo y siempre tendremos ante nosotros hermanos mas sabios, mas amorosos y mas espiritualizados que nosotros, toda vez que son infinitas las posibilidades de progreso que nos otorga el Padre. Y si no procuramos ejercitar a nuestros propios sentidos en la percepción, aunque mezquina, de la Divinidad, por contar viciosamente con el auxilio de quien va delante de nosotros, llevaremos largo tiempo para liberarnos, pues siempre estaremos ocupados en observar a los caminantes del sendero, ciegos a la suprema luz creadora.

Permita el Señor que mutuamente nos amemos y amparemos, consagrando a los compañeros mejores que nosotros, especial reverencia. Mas que Dios esté por encima de todos y de todos en nuestras preocupaciones, pues hacia El deben volverse toda nuestra alma y todo nuestro entendimiento.


martes, 1 de septiembre de 2009

II Mensaje: Girasol

Nos permitiremos intentar extraer del símbolo suministrado por el girasol una lección evangélica.

Sabemos como reacciona el girasol en presencia del astro-rey. Es un ejemplo clásico de heliotropismo: se vuelve directamente hacia el sol, acompañando su curso aparente y alrededor de la tierra en todas las horas del día. Y aún creciendo muy alto, parece querer aproximarse lo más posible del cuerpo celeste que nos ilumina.

También nosotros poseemos un maravilloso sol en nuestras vidas: es el corazón del Maestro que desde lo alto irradia hacia nosotros, despejando luz y amor en nuestros caminos, inspirándonos cuando lo permitimos, paciencia, caridad y tolerancia.

Sin embargo, ¿cuántos de nosotros nos mantenemos vueltos hacia el Cristo? ¿Cuántos de nosotros recordamos que tenerlo como centro de nuestras vidas sería nuestra mayor garantía de paz? ¿Cuantos procuramos acompañando su curso de incansable acción redentora, recibir los inefables beneficios que de El emanan?

En verdad, algunos de nosotros solo lo hacemos en horas previamente establecidas, durante los trabajos espirituales o en minutos de plegaria y meditación, olvidando que, si el girasol de nuestros jardines tiene horas de tinieblas y abandono alternándose con las de diurna claridad, para los discípulos del Maestro no hay jamás oscuridad o desamparo, pues Jesús no duerme en su desvelo por aquellos que le fueron confiados, y nunca se apaga o siquiera desmaya su luminosa irradiación.

Nos corresponden a nosotros, con la simple acción de aceptar a Jesús como el divino sol de nuestras vidas, apartar lejos las tinieblas, las dudas y aflicciones, integrándonos definitiva y realmente en el cuadro de sus discípulos, en decidida ascensión hacia Dios.

Que El permita que concretemos ese noble ideal en breve tiempo y la plegaria que le hacemos confiados en su amor.

martes, 18 de agosto de 2009

I Mensaje: Riqueza

“Esta noche te pedirán tu alma y lo que tienes preparado, ¿para quién será? Así es aquel que para si junta tesoros y no es rico para con Dios” (Lucas, 12:20-21)

Así en la parábola del Maestro, termina el rico avariento su carrera de afortunado terrestre para iniciar la de espíritu indigente.
Por el relato evangélico, no tuvo él gran empeñó en adquirir las riquezas espirituales, dedicándose apenas a acumular tesoros en la tierra. Mucho mayor hubiera sido su responsabilidad si hubiese tenido alcance espiritual y hubiera valuado debidamente su posición de depositario de las riquezas de la iniquidad para alcanzar con ellas los tabernáculos eternos.

El no lo pensó, ni supo: severamente fué llamado a cuentas.Y nosotros que lo sabemos, y pensamos en eso continuamente, ¿qué cuentas seremos llamados a prestar? Sin duda, mucho más severas. La divina bondad nos ampare para que a cualquier hora que nos “sea pedida el alma”, o nos veamos cara a cara con nuestra conciencia mas despierta, tengamos la serenidad del deber bien cumplido.

Preámbulo

La significación del Evangelio para el espiritismo no debe ser simplemente religiosa o mística, sinó iniciática:
El hombre encaminándose por los caminos de la vida espiritual, con el punto de partida en la reforma intima; eliminando hábitos, vicios, costumbres perniciosas; defectos morales, sentimientos y pensamientos incompatibles con esa realización espiritual; y tratando de adquirir las virtudes propias del hombre nuevo, transformado, que debe, con toda sinceridad, desear ser.

Y cuan profundo y extraordinario es el poder del evangelio para operar esa transformación!

Comprendiendo que ninguno de sus problemas íntimos y vitales se resuelve por el conocimiento simplemente teórico y místico del evangelio. Porque esos problemas no residen en el exterior sinó en su propio intimo, deducirá luego que el evangelio no pide un conocimiento intelectual, sino una vivencia individual. Viviendo el evangelio y atestiguándolo como es necesario, el hombre se espiritualiza, se engrandece, asciende hacia Dios.

El conocimiento simplemente teórico o místico no cambia al hombre sinó, muy por el contrario, aumenta sus débitos espirituales porque al que mucho le es dado, mucho le será pedido, y también porque la fé sin obras, es muerta; y como el hombre para vivir y ejemplificar el evangelio, antes que nada debe reformarse, se deduce que su primera obra, y su primer ejemplificación, deben ser en si mismo, transformándose en el hombre nuevo al que se refiere el evangelio.

Cada uno de nosotros debe espiritualizarse por sí mismo, por decisión propia, por esfuerzos propios, teniendo al evangelio como norma de acción, actuando y no solamente creyendo.

Todo aquel que quisiere, verdaderamente iniciarse en la vivencia evangélica, en el momento en que decide hacerlo, abre amplias puertas en el plano espiritual para la recepción de auxilio, asistencia e inspiración.

Los días atribulados que vivimos y los mas difíciles que están por venir, reciben del hombre una sensata reflexión, y la decisión, segura y definitiva, de evangelizarse para redimirse.

Edgard Armond .