Presentación del libro

Prosiguiendo a la difusión del Espiritismo religioso reiniciamos la publicación de estos “Comentarios Evangélicos”, obra sincera, sin pretensión pero con profundo significado iniciativo, del venerable autor y bienhechor espiritual Bezerra de Menezes – Precursor del Espiritismo religioso en nuestro país.

Esta obra se destina a los aprendices. Discípulos de Jesús y a los seguidores del Espiritismo en general.

Esta publicación será realizada en serie compuesta por cuatro opúsculos de los cuales este es el segundo y esperamos que alcance el fin deseado de ofrecer ayuda en el campo del esclarecimiento espiritual, a todos aquellos que quieren encaminarse con seguridad, por los arduos caminos pero gloriosos de la evangelización.

Cooperación Mediúmnica de Ayesha Spitzer en 1967, San Pablo, Diciembre de 1980.

Edgard Armond

martes, 1 de septiembre de 2009

II Mensaje: Girasol

Nos permitiremos intentar extraer del símbolo suministrado por el girasol una lección evangélica.

Sabemos como reacciona el girasol en presencia del astro-rey. Es un ejemplo clásico de heliotropismo: se vuelve directamente hacia el sol, acompañando su curso aparente y alrededor de la tierra en todas las horas del día. Y aún creciendo muy alto, parece querer aproximarse lo más posible del cuerpo celeste que nos ilumina.

También nosotros poseemos un maravilloso sol en nuestras vidas: es el corazón del Maestro que desde lo alto irradia hacia nosotros, despejando luz y amor en nuestros caminos, inspirándonos cuando lo permitimos, paciencia, caridad y tolerancia.

Sin embargo, ¿cuántos de nosotros nos mantenemos vueltos hacia el Cristo? ¿Cuántos de nosotros recordamos que tenerlo como centro de nuestras vidas sería nuestra mayor garantía de paz? ¿Cuantos procuramos acompañando su curso de incansable acción redentora, recibir los inefables beneficios que de El emanan?

En verdad, algunos de nosotros solo lo hacemos en horas previamente establecidas, durante los trabajos espirituales o en minutos de plegaria y meditación, olvidando que, si el girasol de nuestros jardines tiene horas de tinieblas y abandono alternándose con las de diurna claridad, para los discípulos del Maestro no hay jamás oscuridad o desamparo, pues Jesús no duerme en su desvelo por aquellos que le fueron confiados, y nunca se apaga o siquiera desmaya su luminosa irradiación.

Nos corresponden a nosotros, con la simple acción de aceptar a Jesús como el divino sol de nuestras vidas, apartar lejos las tinieblas, las dudas y aflicciones, integrándonos definitiva y realmente en el cuadro de sus discípulos, en decidida ascensión hacia Dios.

Que El permita que concretemos ese noble ideal en breve tiempo y la plegaria que le hacemos confiados en su amor.

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